Discurso final...
Cuando pensamos en educación, nos referimos a aquel proceso académico en el que se adquieren nuevos conocimientos a través de la enseñanza. Si se pretende ir más allá, estaremos hablando de formación, que no se limita solo a los conocimientos, sino que es el proceso por el cual cada persona e individuo se pinta y se esculpe a si mismo. Una vez terminada la obra, son capaces de desenvolverse por su cuenta, con sus propias ideas, capacitados para tomar sus propias decisiones (inglés).
Fue hace catorce años que cuarenta de nosotros entramos a este colegio, sin la menor idea de lo que pasaba a nuestro alrededor, sin la menor idea de a que veníamos. Y así fue como nos encontramos. Fue el azar el que nos juntó, y fue él también quien nos trajo hasta acá. Con el pasar de los años, íbamos aprendiendo, conviviendo, nos íbamos conociendo, nos volvíamos jóvenes, comenzábamos a soltar la mano de aquellos que nos sostenían para dar nuestros primeros pasos solos en el mundo. Con el pasar de los años no sólo caminábamos juntos, sino que corríamos, saltábamos, volábamos, nos alegrábamos, llorábamos. Con el pasar de los años nos dimos cuenta poco a poco de nuestro potencial, lo que cada uno de nosotros podía llegar a ser, intentando cada uno así, sacar el máximo de si mismo. Con el pasar de los años vimos también llegar como en desfile a muchos de los que pasarían a integrar esta incipiente tribu.
Y fue en la enseñanza básica con la ayuda de nuestros profesores Andrés Pinto y Nori Torres, que nos asomamos por primera vez al mundo de las letras y los números. Lecturas en voz alta, sumas y restas parecían dificilísimos en aquel entonces, desafíos titánicos. Como no olvidar aquellos viajes que resultaron siendo nuestro año escolar. En tren y en helicóptero. Vivíamos en un mundo donde nada de lo que conocemos ahora importaba, donde lo más importante eran los famosos clubes en días de lluvia o ver quien sería tu compañero de lectura. Fue en aquel vuelo donde se comenzaron a cimentar las verdaderas amistades que trascienden hasta el día de hoy, vuelo del que aún algunos no aterrizan.
El mundo se iba complejizando, al igual que nuestros conocimientos. Nuestros profesores ya no eran dos o tres, sino que uno por asignatura. Las ciencias ya no eran integradas, sino que naturales y sociales. La lectura ya no era una simple entretención, sino un proceso de inmersión en un mundo desconocido. Así suma y sigue.
Miss Mariana Ferrer y Mr. Ulises Vives se encargaron de hacernos notar eso, trataron de que nos diéramos cuenta de la magnitud del proceso que estábamos viviendo, que hacían descender un poco el avión. Avistábamos tierra, se aproximaba el aterrizaje.
Educación media. Mr. Beto con su ya conocida torta nos trataba de mostrar que nuestros actos no eran pasajeros y tendrían una repercusión futura, ahora nuestro esfuerzo valía para la educación superior, nuestro esfuerzo no era sólo pasajero, sino trascendente, cosa que muchos de nosotros no nos percatamos en ese entonces, sino que hace unos cuantos meses nada más. Presagios anunciaban la venida de un nuevo estilo de vida, para el que tendríamos que estar preparados desde ya.
Tercero medio. La maratón se transformaba en una prueba de velocidad. El viaje del que nos habían hablado toda nuestra vida escolar al fin había llegado… Partíamos al aeropuerto a las 4am, un poco temprano pero a nadie le importó mucho, pues finalmente allí comenzaba este anhelado viaje. En el que aprendimos cosas tan simples como qué documentos llevar y hacer durar los dólares hasta el último día, hasta cómo convivir con 2 ó 3 compañeros en la misma pieza… Fuimos espectadores de varios espectáculos en los diversos destinos que el viaje tenía para nosotros, pero el más hermoso fue el que nosotros le dimos el último día en Colonia, aquel karaoke que nos vio a todos llorar y despedirnos de este maravilloso capitulo de nuestras vidas
Cuarto medio. Las ruedas del avión tocaban suelo. Alistábamos nuestras maletas. Pero antes de bajarnos, quedaba el tramo más hermoso…nuestro último año junto a ese mismo grupo, el que 14 años después de aquel azaroso encuentro, se ve inmerso en un mundo de decisiones, esperanzas, desilusiones y sueños, con un gran camino por delante. Aterrizamos luego de volar. Volvemos a caminar. Damos nuestros primeros pasos en aquel mundo que siempre se nos mostraba como “el real”, eso que sonaba tan lejano, pero ahora es cuando debemos darnos cuenta que está tan solo a la vuelta de la esquina, esperándonos. Luego de 14 años en espera, somos soltados a nuestra suerte. Ya no somos aquellos niños que no conocen, que no saben. Somos jóvenes, e incluso podemos ser llamados hombres y mujeres.
…Lo que hayan sembrado en el camino es finalmente lo que cosecharán…
Queridos cuartinos, compañeros y amigos,
Hoy termina el viaje que aquellos pequeños, nosotros, comenzamos. No olviden que somos privilegiados, e intentemos sacar el máximo provecho a la formación que tuvimos estos maravillosos 14 años. Aprovechemos nuestras potencialidades, y recuerden que el viaje termina aquí, pero siempre nos podemos ver en la salida.

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