domingo, 31 de mayo de 2009

Breve introducción a las helecsiones

¿Usted ha visto alguna vez en algún remoto país lejano (o quizá no tan lejano) a un grupo de personas con afanes de grandeza y algo de buena reputación (omitamos el origen) que pelean y pelean por el apoyo de un grupo de personas distinto a ellos (o quizá no por su apoyo, sino el poder que éste representa), sin siquiera tener claros los intereses de ese segundo grupo de personas?¿Qué tal si a esta situación le agregamos un desorden dentro de cada uno de los equipos que los ayudan para conseguir tal objetivo (y no sólo en el equipo directo, sino también lo que está detrás de ese equipo, y lo que está detrás de ese más grande también)? Es probable que a esto le podamos agregar unos cuantos elementos más, pero creo rescatar aquellos que más importan, o que más deberían importar a aquel segundo grupo de personas.

Es probable que este sea un fenómeno característico en estos tiempos de un sector al suroeste de ese pueblucho que llaman Latinoamérica, ese “parque temático del subdesarrollo”, como algunos han llamado a la zona en la que habitan. Ese rincón del mundo se llama “Shile” desde hace años. Ahora bien, dentro de este país (sí, es un país) existen dos coaliciones de carácter político, que en sus inicios, solían definirse (y diferenciarse) por su ideología, siempre confrontada la una a la otra. Ahora ambas han tendido más bien al centro ideológico, a un lugar en el que nadie se sienta excluido ni tampoco experimente repulsión al pensar en él, pero que a la vez, tenga adherentes fieles a su “hideología” (si, con h y entre comillas).
En este escenario político, se presenta un período en el que los ojos del segundo grupo de individuos (y del primero también, pero eso debiera –sólo debiera – ser habitual) se torna al ambiente político. A ese de clima turbio, neblinoso, sin muchas cosas a la vista (simple vista, me refiero). Y ahí ven personas emerger como posibles candidatos para las helecsiones (helecsiones para Presidente de Shile, olvidé mencionar).
Por el sector de la centroderecha (lo que en un principio fue definido como tal), la autodenominada coalición “Aliansa por Shile” levanta un candidato que ya se repite el plato en este tipo de certámenes. Egresado de Harvard, economista y empresario (muy empresario le dirán por ahí), quien figura entre las mil personas con más dinero en el mundo: Cebastián Pinhera. Por el momento, él ha corrido sin mayores problemas en su sector, incluso hasta ganando las encuestas nacionales de intención de voto y todas esas ilusorias, quizá hasta certeras encuestas.
Por el bloque de la centro izquierda (o lo que en un principio fue definido como tal), la también autodenominada Consertación ,el bloque que en estos momentos lleva casi veinte años en el gobierno, tenemos a un ingeniero civil civil (mención hidraúlica eso sí), ex presidente de Shile, cuyo bolsillo tampoco ha sufrido mucho (estos bolsillos políticos…), hijo de un también ex presidente que en su época fue un símbolo y un referente por si solo y (¡oh! casualidad) le concedió el honor de llevar su nombre: Heduardo Frey Ruis-Tagle, hijo de Heduardo Frey Montalba, es hoy por hoy, el candidato oficial de la mencionada Consertación, luego de burlar el primer obstáculo en su carrera hacia su abandonado sillón presidencial
Este bloque, eso si, ha corrido con una suerte un poco peor que su (sí, digámoslo) competidor directo. En el último año, la Consertación ha perdido a más de algún referente clave, que quizá se va a fundar otros partidos, que quizá se va hacia la centroderecha, o quizá a la izquierda (que no se nos quede en el tintero); quizá incluso se levanta como candidato presidencial desde su podio, hecho con sus propias manos: son los marginados, los arrepentidos quizá, los desleales según algunos, ellos, ellos son la parte interesante, (¿y porqué no?) divertida en esta obra, aquellos que nos darán las elecciones más entretenidas, inestables, poco frecuentes, despiadadas y (repito: ¿porqué no?) maliciosas que se hayan visto en la última mitad de siglo en Shile.

Próximo artículo: Hadolfo Saldívar, el marginado pionero.
Marko Henríquez – Hominami, el casi marginado aspirina.